La Diabetes y el uso de Lentes de Contacto

El debate acerca de los méritos del “lente convencional” versus el “lente de contacto”, ha perdurado por años. Actualmente, cualquiera que usted elija, dependerá de las necesidades y preferencias individuales.

Los lentes convencionales son, por lo general, más recomendables para niños menores de 12 años, debido a que estos todavía no son capaces de cumplir con la limpieza y cuidados apropiados, que requieren los lentes de contacto.

Existen 3 tipos de lentes de contacto: duros, blandos y de gas permeable.

Los lentes de contacto duros son una buena alternativa en algunos casos; son más económicos, bastante duraderos y muchas personas ven mejor con estos lentes. En algunas ocasiones, los ajustes pequeños en la prescripción pueden ser hechos en el mismo lente, ahorrándole de esta manera al paciente, el costo de un nuevo par de lentes de contacto. Cuando los lentes duros requieren ser limpiados o removidos, pueden causar bastante molestia, y esto, lejos de ser una desventaja es un gran beneficio. Una de las desventajas de los lentes de contacto blandos es que son tan cómodos y confortables, que pueden disfrazar o esconder síntomas prematuros de problemas en el ojo, que pueden culminar en un problema más severo. Con los lentes de contacto duros, en cambio, usted sabrá enseguida cuando algo esté marchando mal. Los pacientes necesitan un proceso de adaptación para poder usar los lentes de contacto duros. Durante la primera y segunda semana se prescribe un horario de colocación de los lentes hasta que se puedan usar sin molestias. Si este tipo de lentes se deja de usar por más de 2 días, los ojos deben ser reajustados nuevamente a los lentes, por lo tanto, si usted usa lentes de contacto duros, no podrá hacerlo de manera intermitente.

Los lentes de contacto blandos son cómodos, tienen un precio moderado y pueden ser utilizados de manera intermitente, no obstante, también tienen desventajas. Debido a que este tipo de lentes de contacto se moldea a la superficie de la córnea, no puede corregir problemas estructurales como el astigmatismo, si el defecto es causado por la forma de la córnea; además los lentes de contacto blandos son más difíciles de manipular, necesitan ser reemplazados con más frecuencia (cada 6 a 18 meses) y deben ser limpiados y esterilizados cuidadosamente para prevenir serias infecciones.

Los lentes de gas permeable pueden ser una buena alternativa para personas que tengan problemas con lentes de contacto duros y blandos. Muchas personas que presentan intolerancia a los lentes duros, con el tiempo, pueden usar lentes de gas permeable de manera confortable. Además, este tipo de lentes puede corregir un problema casi tan efectivamente como los lentes de contacto duros. Este tipo de lentes, sin embargo, es más costoso y requiere atención especial en cuanto a limpieza. A pesar de que los lentes de contacto para usar por extensos períodos de tiempo (varios días) están diseñados para tal fin, incrementan el riesgo de daño al ojo si se dejan por períodos muy extensos sin hacerles limpieza, así como también, puede presentar intolerancia a estos lentes. Muchos oftalmólogos no recomiendan este tipo de lentes a personas con Diabetes debido al incremento de riesgos de infección.

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