La Diabetes es una de las causas más comunes de insuficiencia renal. Todas las personas con Diabetes (Tipo 1 y Tipo 2) tienen riesgo de desarrollar Nefropatía diabética. Aproximadamente 30% de personas con Diabetes Tipo 1, y de 10 a 30% de personas con Diabetes Tipo 2, pueden desarrollar esta enfermedad después de 20 años con Diabetes.
Los riñones son órganos que contienen millones de pequeños vasos capilares cuya función es filtrar, removiendo los productos de desechos de la sangre a través de la orina.
La Diabetes, cuando no es controlada por muchos años, va dañando los riñones. Se piensa que si los niveles de glucosa en la sangre se mantienen elevados, los riñones deben trabajar en exceso tratando de filtrar y expulsar más cantidad de glucosa y, eventualmente, esto va dañando los pequeños vasos capilares. Además, un tejido fibroso se va formando en las paredes de los capilares (membrana basal), el cual también interfiere con el proceso de filtración, por lo que las sustancias de desecho no son eliminadas y van concentrándose en la sangre, mientras que otras sustancias necesarias para el organismo, como las proteínas, son “escurridas” por la orina. Poco a poco, el daño se va convirtiendo en insuficiencia renal avanzada, donde el riñón casi no puede eliminar sustancias tóxicas y en ese momento, de no ser tratado el problema, las sustancias de desecho se concentran en niveles tan elevados que se tornan “venenosas” y pueden causar la muerte.
¿Qué sucede cuando hay daños renales en personas con Diabetes?
La enfermedad renal al principio no presenta síntomas de daño, por eso es muy importante que toda persona con Diabetes se someta a exámenes de orina y sangre con regularidad, para detectar cualquier problema a tiempo, antes de que algún daño pudiese ocurrir. La microalbuminuria indica que los riñones no están funcionando perfectamente y son el primer indicativo de daño renal. En esa fase inicial el problema se podría detener o revertir gracias a nuevos medicamentos que están disponibles en la actualidad, como los antagonistas de la Angiotensina II que además son un excelente protector de los riñones.
Cuando el problema se descubre en una etapa más avanzada, donde ya han ocurrido ciertos daños, que en esta etapa son irreversibles, ya que hay elevados niveles de proteína en la orina (Proteinuria), estos son tratados con dieta y medicinas para ayudar a retrasar al máximo el momento en que los riñones dejen de funcionar (Insuficiencia Renal Crónica Terminal). En el caso de que los riñones dejen de funcionar se requerirá tratamiento de diálisis de por vida o trasplante renal.