Los malos hábitos alimenticios y la falta de actividad física, propios del estilo de vida que llevamos actualmente, son los responsables de la epidemia de sobrepeso, obesidad y Diabetes Tipo 2 que afecta a la población mundial.
Mantener un peso corporal normal, es indispensable para reducir los riesgos de desarrollar, Diabetes Tipo 2, Síndrome de Resistencia a la Insulina, Hipertensión, Dislipidemias y otras enfermedades cardiovasculares asociadas al sobrepeso y la obesidad.
Para poder determinar fácilmente si una persona tiene un peso normal, es necesario medir la relación que existe entre su peso y su estatura. Esto se conoce como “Indice de Masa Corporal” (IMC).
Recordemos que el sobrepeso y la obesidad, cuya incidencia está creciendo a pasos agigantados, son los principales responsables de la epidemia de Diabetes Tipo 2. El exceso de células de grasa (adipocitos) en el tejido adiposo, especialmente en la cintura, tiende a producir Resistencia a la Insulina, entre otros serios problemas de salud. La resistencia a la insulina, es una condición que indica algún grado de pérdida de sensibilidad de las células a las señales de la insulina, dificultando que ésta pueda entrar en las células y sea utilizada como combustible. Esto a su vez, hace que los niveles de glucosa en la sangre (glicemia), se vayan elevando cada vez más, a medida que las células se hacen más resistentes a la insulina o más intolerantes a la glucosa. Si no tomamos las medidas necesarias a tiempo, la situación empeorará y los niveles de glucosa alcanzarán un valor donde ya se considerará que tiene Diabetes Tipo 2.
Aunado a lo anterior, el exceso de adipocitos (células de grasa) pueden ir dañando el buen funcionamiento del tejido endotelial, que es la capa que recubre internamente todas las arterias en el organismo; este daño al endotelio comienza con la disminución de la cantidad de óxido nítrico que el endotelio debe segregar, para que las arterias se mantengan flexibles, lisas y tonificadas, de lo contrario, se irán tornando cada vez más rígidas, duras y pegajosas, lo que a su vez facilitará que las moléculas de Colesterol malo (LDL) se adhieran y poco a poco provoquen la formación de placas de ateroma, las cuales caracterizan a una seria condición llamada Ateroesclerosis, que puede ocasionar muchos daños cardiovasculares.
Afortunadamente, todos estos daños que ocasiona el exceso de peso corporal, se pueden disminuir o prevenir, si hacemos los debidos cambios en nuestro estilo de vida, siguiendo un plan de alimentación saludable, incrementando nuestra actividad física o ejercicios, chequeando nuestro índice de masa corporal y manteniendo un peso corporal normal. Todos estos esfuerzos nos ofrecerán múltiples beneficios y la seguridad de que podremos disfrutar de una mejor calidad de vida.