El exceso de peso corporal generalmente es visto por la población, como un problema simplemente estético, cuando en realidad representa un grave problema de salud pública, responsable del desarrollo de muchas enfermedades crónicas. La Diabetes, la Hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares encabezan la larga lista de enfermedades asociadas con el Sobrepeso y la Obesidad.
La proliferación de expendios de comida rápida o “comida chatarra” han modificado considerablemente nuestros hábitos alimenticios, provocando de esa manera que, por lo general, consumamos comidas con mayor contenido de carbohidratos, grasas saturadas y sodio que acarrean mayor aumento de peso.
Los malos hábitos alimenticios y la falta de actividad física o “sedentarismo” que caracterizan nuestro estilo de vida actual, sin duda alguna, son los principales responsables del alarmante aumento en las cifras de sobrepeso y obesidad que, conjuntamente con la Diabetes, se han convertido en verdaderas epidemias que necesitamos detener urgentemente.
Mientras el excedente de células grasas (adipocitos) se va acumulando en el tejido adiposo abdominal, derivado del exceso de consumo de calorías comparado con la poca cantidad de calorías que utilizamos, hace que el perímetro de la circunferencia de la cintura aumente. Cuando el perímetro de la cintura aumenta, a su vez, esto incrementa los factores de riesgo de tener serios problemas de salud.
La resistencia a la insulina, la Hipertensión Arterial, la Hipercolesterolemia, la Aterosclerosis, el Síndrome Metabólico, y el Cáncer de Colon, son solamente algunos de los serios problemas de salud que esta situación puede ocasionar.
Si mantenemos un peso ideal, no solamente estaremos reduciendo el riesgo de desarrollar graves problemas de salud sino que, además, al estar más delgados nos sentiremos mejor con nosotros mismos y eso nos ayuda a elevar nuestro nivel de autoestima y a mantenernos motivados a estar en forma.
Afortunadamente está en nuestras manos controlar esta situación, ya que si adquirimos hábitos de alimentación saludable, incrementamos la actividad física que realizamos y, nos mantenemos enfocados en tener un peso corporal y un perímetro de la circunferencia de la cintura adecuados, estaremos previniendo la aparición de las enfermedades cardiovasculares asociadas al Sobrepeso y la Obesidad, lo que nos permitirá disfrutar de una vida más saludable, productiva y feliz.
Afortunadamente en esta etapa, la Diabetes Tipo 2 se puede prevenir o al menos retrasar y la buena noticia es que los niveles de insulina y glucosa pueden ser fácilmente influenciados por simples cambios que implementemos en nuestro estilo de vida actual, adquiriendo hábitos de alimentación saludable e incrementando nuestra actividad física o ejercicios. En ciertas ocasiones, el uso de medicamentos que nos ayuden a mejorar nuestra “sensibilidad” a la insulina, también será necesario.
El Sobrepeso y la Obesidad son los principales responsables de la epidemia de Diabetes Tipo 2 a nivel mundial. El exceso de grasa acumulada en el tejido adiposo, especialmente en la cintura, puede ocasionar resistencia a la insulina, es decir, que las células se hagan menos sensibles a las señales de ésta, iniciando de esta manera el camino hacia la Diabetes Tipo 2.
La Curva de Tolerancia a la Glucosa, es una prueba muy importante, ya que nos indica cómo reacciona la insulina a la ingesta de glucosa para determinar el grado de sensibilidad que tienen nuestras células a las señales de la insulina y, cómo ésta, metaboliza la glucosa para que sea utilizada como combustible y no se mantenga en niveles elevados en el torrente sanguíneo. La curva de Tolerancia a la Glucosa nos indicará si tenemos una tolerancia normal o anormal a la glucosa y además, podrá diagnosticar si la persona tiene Diabetes Tipo 2.
El Indice de Masa Corporal o IMC es una herramienta muy útil que utilizan los médicos y demás profesionales de la salud, para clasificar la prevalencia de peso de la siguiente manera:
En este estudio que duró 3 años, y donde participaron 3.234 personas con signos prematuros o con alto riesgo de desarrollar Diabetes Tipo 2, los participantes fueron asignados a uno de los 3 grupos que abarcaban el DPP.
El estudio IDEA demostró contundentemente, la importancia de mantener un perímetro de la circunferencia de la cintura dentro de un parámetro normal, es decir, no más de 102 centímetros (40.16 pulgadas) en hombres y 88 centímetros (34.56 pulgadas) en mujeres. También demostró la importancia de que los médicos, además de chequear el Indice de Masa Corporal (IMC) deben medir el perímetro de la circunferencia de la cintura y los niveles de colesterol y triglicéridos, para determinar si el exceso de grasa que pudiese haber en el organismo es subcutánea o visceral y así determinar el grado de riesgo cardiovascular de sus pacientes.
En el estudio denominado estudio IDEA, (Día Internacional de Evaluación de la Obesidad Abdominal) los resultados fueron contundentes. Este estudio se realizó en 63 países y participaron 6.407 médicos clínicos, que midieron el perímetro de cintura durante 24 horas a un total de 168.159 pacientes de entre 18 y 70 años que ingresaron en sus consultorios.
Otro estudio muestra cómo en la mayoría de los casos el exceso de peso y la obesidad pasan desapercibidos y no son vistos por la población como un problema de salud pública. Este estudio realizado en Inglaterra, indica cómo en la mayoría de los casos, los padres de niños que tienen exceso de peso u obesidad ven como algo “normal” o “más o menos normal”, el sobrepeso de sus hijos, y en cambio más aún, algunos padres de niños con peso ideal acuden al médico en busca de ayuda, porque piensan que sus hijos están por debajo del peso normal y no están comiendo lo suficiente.
Acantosis Nigricans es una condición que indica resistencia a la Insulina y se caracteriza porque en algunas zonas del cuerpo, la piel se vuelve gruesa y rugosa y aparecen manchas marrones. Por lo general aparecen en el cuello, las axilas, los codos, las rodillas, las manos y los pies.
El Síndrome de Ovarios Poliquísticos o de Stein-Leventhal, es un trastorno en el que los ovarios aumentan de tamaño y contienen varias bolsas llenas de líquido o quistes. Esto hace que se eleven los niveles de hormonas masculinas o “andrógenos” lo cual aumenta la posibilidad de que las mujeres afectadas puedan adquirir ciertos rasgos masculinos.
Los elevados niveles de insulina en la sangre podrían generar inflamación en los tejidos neuronales y contribuir al desarrollo de Alzheimer, según un estudio realizado en la Universidad de Washington y publicado en la revista Archives of Neurology.
