En algunas familias, las vacaciones significan que los hijos se acuestan más tarde en la noche y duermen hasta más tarde en la mañana. Despertarse más tarde, a su vez, significa rodar la “hora pico” de la insulina, de modo que ya no coincide con las horas de meriendas establecidas puesto a que, todas las comidas y meriendas están comprimidas en un menor espacio de tiempo. El desayuno y el almuerzo pueden ser, particularmente, más cercanos debido a que, por un lado, el niño se levanta más tarde de la cama y en la tarde, sale a realizar juegos o deportes. Las actividades organizadas, tales como, competencias de baseball o tenis, son los factores que más influyen para romper el horario de las comidas, especialmente cuando se realizan a la hora de cenar. La interrogante para los padres es cómo balancear los tres factores: la dosis de insulina, la cena, y la actividad, para mantener un buen control de los niveles de glicemia de su hijo.
Estrategias de Control
Mantenga a su hijo dentro de un rango de no más de hora y media fuera de su horario regular en días de colegio. Por ejemplo, si su hijo generalmente se levanta a las 7:00 a.m. y se inyecta insulina a las 7:30 a.m., durante las vacaciones debe tratar de levantarlo máximo a las 8:30 a.m. y que se inyecte a las 9:00 a.m. Si su hijo desea seguir durmiendo, puede volver a la cama una vez que se haya colocado su insulina y haya desayunado.
Es importante que sepa cómo manejar las dosis de insulina según los cambios de horario.
- Un niño (a) mayor de seis años, que en días de colegio hace una merienda a media mañana, puede que no la necesite en vacaciones o necesite una más pequeña, especialmente si el tiempo entre el desayuno y el almuerzo es menor de 4 horas. Una merienda (de media mañana) no será necesaria a menos que su hijo tenga mucha actividad durante las mañanas. Sin embargo, es recomendable que utilice las calorías contenidas en la merienda de media mañana (que no hizo) en una comida o merienda de la tarde o noche, cuando su hijo tiene mayor actividad física, para así evitar que tenga una hipoglicemia o bajos niveles de azúcar en la sangre. No deje de darle estas calorías (contenidas en la merienda de media mañana); recuerde que en esta edad, el niño está en plena etapa de crecimiento y requiere una cantidad específica de comida todos los días y además, el plan nutricional está basado en necesidades nutricionales individuales.
Los niños menores de seis años, no deben dejar de hacer su merienda de media mañana. Por eso, es importante que consulte al nutricionista para que le asesore en cuanto a los cambios de patrones alimenticios.
- Los niños que tengan demasiada actividad en la tarde, necesitarán dos meriendas después de la cena, una a las 7:30 p.m. y otra antes de dormir, para, de esa manera, evitar que los niveles de glucosa desciendan demasiado, es decir, para evitar que tengan un episodio de Hipoglicemia.
- Con la ayuda de su médico o educador en Diabetes, puede conocer mejor la acción de la insulina en su hijo y de esa manera, saber cuándo será su pico de acción al alcanzar la insulina su mayor potencia. Luego, ambos pueden planificar los horarios de las comidas y meriendas durante las vacaciones.
- En el caso del problema que representa el posible juego de pelota pautado a la hora de cenar, no hay ninguna solución perfecta. Por lo general, una merienda grande antes del juego, la dosis de insulina y la cena después del juego, suelen ser efectivas para prevenir posibles hipoglicemias. En otros casos, la insulina y la cena antes del juego, pueden trabajar bien. En ambas situaciones, necesitará ser reducida la dosis de insulina Cristalina (de acción rápida).
Lo más seguro es que su hijo esté bien con tres inyecciones diarias de insulina: NPH y Cristalina (de acción rápida) antes del desayuno, Cristalina antes de la cena y NPH antes de dormir.
Este régimen ofrece dos ventajas: primero, la dosis de insulina Cristalina (de acción rápida) puede ser reducida, dependiendo de la cantidad de actividad que se realice o lo que la situación requiera. Segundo, no habrá mucha insulina NPH en el flujo sanguíneo para aumentar los efectos hipoglicemiantes de una tarde con mucha actividad.
Para decidir qué plan tendrá los mejores resultados en el control de la Diabetes de su hijo(a), tenga en cuenta sus horarios, patrones alimenticios y los controles de glucosa en la sangre habituales.
Para tener una idea de cómo una actividad en particular afecta los niveles de glicemia en su hijo, chequee frecuentemente sus niveles de glicemia capilar antes, durante y después del juego. Esta información, puede ayudarle a decidir las cantidades y tipos de comida que deberá darle a su hijo y en qué horario dárselas y cómo ajustar la dosis de insulina.
Veamos a continuación, cómo hace una familia para sobrellevar la falta de constancia en los horarios de comida de su hijo(a) en vacaciones. David es un niño de 10 años de edad, jugador de baseball y tiene Diabetes. Su régimen regular de Diabetes en vacaciones es el siguiente: Insulina NPH y Cristalina a las 8:30 a.m., desayuno a las 9:00 a.m. y almuerzo a las 12:30 pm. Realiza una merienda a las 3:00 p.m. y se inyecta nuevamente insulina NPH y Cristalina a las 5:00 p.m., cena a las 5:30 p.m. y realiza su merienda de antes de dormir a las 8:30 p.m.
El Problema surge los días en que David tiene juego, ya que la hora del juego es a las 5:00 p.m. En un principio, los padres de David trataron de resolver este problema dándole una dosis menor de insulina Cristalina en la tarde (4:00 p.m.) y la cena a las 4:20 p.m., eliminando su merienda de la tarde ya que cenaba demasiado temprano. Sin embargo, este régimen provocó episodios repetidos de hipoglicemias (durante y después del juego) lo que hacía que David tuviera que tomar jugo y galletas extras, para contrarrestar el nivel bajo de glucosa en la sangre. Probablemente, estas hipoglicemias eran ocasionadas por la dosis de insulina NPH de la mañana que aún se mantenía haciendo su efecto en la tarde, sin una merienda que la pudiera cubrir. Si a esto se le agrega el incremento de ejercicio, tendrá la ecuación que da como resultado un nivel bajo de glucosa en la sangre.
Después de consultar con su médico, los padres de David trataron su problema dándole su merienda de la tarde a la misma hora (3:30 p.m.) y un sándwich adicional antes del juego (4:30 p.m.). Al terminar el juego se inyectaba su insulina (7:00 p.m.) y cenaba a las 7:30 p.m. Luego hacía su merienda de antes de dormir a las 9:30 p.m. Este horario resultaba mucho mejor.
Las demás tardes, la familia comía alrededor de las 6:30 p.m., para mantener el horario de los días de juego, en no más de una hora de diferencia. Este plan, mantuvo los niveles de glicemia bien controlados durante la tarde y la noche. Sin embargo, ocasionalmente, a media mañana se presentaba una hipoglicemia, quizás debido a la dosis de insulina NPH de la noche, pero al reducir la dosis de insulina Cristalina en la mañana, se resolvió este problema.
Los niveles de glicemia de David estuvieron bien controlados en los días de vacaciones como en los días de escuela, de modo que todo el tiempo y esfuerzo para lograr un régimen perfecto, valieron la pena.