¡ALERTA!… Los edulcorantes artificiales pueden ocasionar intolerancia a la glucosa, sobrepeso y Diabetes

Los resultados de un nuevo estudio indican que ciertas bacterias intestinales (Microbiota) pueden producir cambios metabólicos después del consumo de edulcorantes artificiales. Estos resultados fueron publicados en la revista Nature, y muestran que estos productos podrían acelerar la aparición de intolerancia a la glucosa y, por lo tanto, aumentan el riesgo de desarrollar Diabetes Tipo2. Estos resultados sugieren además, una reevaluación y medidas de precaución que se deben tomar en cuanto al consumo masivo de los edulcorantes que existen en la actualidad.

Por Joe Cardozo

Los edulcorantes artificiales, que han sido considerados por años como una ayuda para perder peso y poder mantener un mejor control de los niveles de glucosa, en realidad podrían acelerar el desarrollo de la intolerancia a la glucosa, Síndrome Metabólico y Diabetes, según los resultados de un estudio científico publicados en la revista Nature, que sostienen que dicho efecto ocurre al cambiar, con el consumo de estos productos, la composición y función de la microbiota intestinal o población de bacterias que residen en el intestino.

Los experimentos, llevados a cabo en ratones y seres humanos, muestran que el uso generalizado de edulcorantes artificiales en las bebidas y los alimentos, pueden contribuir al aumento de intolerancia a la glucosa, además de obesidad y Diabetes Tipo2, que afecta a un número cada vez mayor de personas a nivel mundial.

Recordemos que la intolerancia a la glucosa ocurre cuando las células van perdiendo la sensibilidad a las señales de la insulina y el organismo no es capaz de metabolizar adecuadamente grandes cantidades de glucosa en la sangre, y es el primer paso hacia el Síndrome Metabólico y la Diabetes Tipo2.

Por otro lado, durante mucho tiempo, los expertos se han mostrado desconcertados por el hecho de que los edulcorantes artificiales no calóricos no parecían ayudar en la pérdida de peso. Algunos estudios, incluso, han llegado a sugerir que los edulcorantes artificiales podrían tener un efecto contrario, al estimular la segregación de mayor cantidad de hormonas Grelinas, que son las hormonas del apetito, provocando así que lejos de ayudar a reducir de peso, estos productos podrían provocar un aumento de peso corporal en las personas que los consumen.

Este estudio científico que fue realizado por investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel, y liderado por el doctor Eran Segal, ha demostrado que los edulcorantes artificiales, a pesar de no contener azúcar, poseen un efecto directo sobre la capacidad del cuerpo para metabolizar la glucosa. En este estudio, los investigadores utilizaron los 3 tipos de edulcorantes artificiales más conocidos, que son la Sacarina también conocida bajo los nombres de Sweet N Low™ o Sugar Twin™, el Aspartamo también conocido con los nombres NutraSweet™ o Equal ™ y la Sucralosa que es el producto de este tipo más nuevo en el mercado y es conocido con el nombre de Splenda™.

“Los resultados resaltan la importancia de la medicina personalizada y la nutrición para nuestra salud”, explicó el Dr. Segal y añadió,  “El análisis integrado de nuestro genoma, microbioma y hábitos alimenticios podría transformar nuestra capacidad de entender, cómo los alimentos y suplementos nutricionales afectan a la salud y el riesgo de enfermedad de una persona”.

El estudio con el uso de edulcorantes en ratones

Durante el experimento, los investigadores dieron a los ratones agua mezclada con los tres edulcorantes artificiales más utilizados, es decir, sacarina, aspartamo y sucralosa, en las cantidades que la población usualmente consume y que son las permitidas por la FDA. Los ratones de este grupo desarrollaron una mayor intolerancia a la glucosa en comparación con los ratones del grupo al que se le administró agua e incluso a aquellos a los que se les dió agua con azúcar. Repitiendo el experimento con diferentes tipos de ratones y distintas dosis de edulcorantes se produjeron los mismos resultados.

A continuación, analizaron si la microbiota intestinal está involucrada en este fenómeno. Los expertos pensaron que las bacterias podrían reaccionar a los edulcorantes artificiales, ya que el propio organismo no los reconoce como alimento. De hecho, los edulcorantes artificiales no son absorbidos en el tracto gastrointestinal, aunque al pasar por ahí encuentran billones de las bacterias de su microbiota.

Por otro lado, los investigadores trataron a los ratones con antibióticos, para erradicar muchas de sus bacterias intestinales, lo que provocó una reversión completa de los efectos de los edulcorantes artificiales sobre el metabolismo de la glucosa, reduciendo de esta manera la resistencia a la insulina o intolerancia a la glucosa.

Para corroborar más aún sus hallazgos, los investigadores transfirieron la microbiota de ratones que consumieron edulcorantes artificiales a los ratones libres de gérmenes, provocando una transmisión completa de la intolerancia a la glucosa en los ratones receptores.

Para los investigadores, esto representa una prueba concluyente de que los cambios en las bacterias intestinales son directamente responsables de los efectos nocivos para el metabolismo. El equipo incluso encontró que la incubación de la microbiota fuera del cuerpo, junto con los edulcorantes artificiales, fue suficiente para inducir la intolerancia a la glucosa en los ratones. La microbiota en estos ratones reveló cambios profundos en sus poblaciones bacterianas, incluyendo nuevas funciones microbianas que ocasionan una mayor propensión a la obesidad, la Diabetes y a complicaciones asociadas a estos problemas de salud.

Pero, ¿funciona esto de igual manera en seres humanos?

Para responder a esta pregunta, Segal y su equipo de investigadores estudiaron los datos recogidos de su Proyecto de Nutrición Personalizada, el mayor ensayo realizado en humanos hasta la fecha para conocer la conexión entre nutrición y microbiota.

Luego de analizar los datos, los investigadores encontraron que existía una marcada asociación entre el consumo de edulcorantes artificiales, la configuración personal de bacterias intestinales y un incremento del riesgo de desarrollar intolerancia a la glucosa. Basados en estos hallazgos, los investigadores decidieron hacer un experimento con edulcorantes artificiales en seres humanos.

Los resultados del experimento en seres humanos fueron contundentes

En este experimento, el equipo de investigadores les pidió a los participantes de un grupo de voluntarios, que por lo general no utilizaban edulcorantes artificiales, ni consumían alimentos o bebidas que los contuviesen, que los consumieran durante una semana para poder observar como esto puede afectar el metabolismo de la glucosa y la composición y función de la Microbiota.

Al transcurrir una semana, estos voluntarios fueron sometidos a pruebas de tolerancia a la glucosa y de composición de Microbiota intestinal. Los resultados fueron claros, ya que indicaban que en tan solo una semana consumiendo edulcorantes artificiales y productos que los contuvieran, muchos participantes ya habían comenzado a desarrollar intolerancia a la glucosa.

Los investigadores además descubrieron que hay dos poblaciones diferentes de bacterias del intestino humano, una que inducía intolerancia a la glucosa al ser expuesta a edulcorantes artificiales y la otra que no tenía ningún efecto por el consumo de estos productos, por lo que la composición de la flora intestinal explica la diferencia.

Los investigadores piensan que ciertas bacterias en los intestinos de las personas que desarrollaron intolerancia a la glucosa reaccionaron a los edulcorantes artificiales mediante la secreción de sustancias que luego provocaron una respuesta inflamatoria, promoviendo los cambios en la capacidad del cuerpo para metabolizar la glucosa.

“La relación con nuestras bacterias intestinales es un factor clave en la determinación de cómo los alimentos que comemos nos afectan”, afirmó el Dr. Segal y concluyó diciendo “En especial la relación entre el uso de edulcorantes artificiales a través de las bacterias intestinales y la tendencia a desarrollar los mismos trastornos que estaban diseñados a evitar, lo que exige una reevaluación del consumo masivo y sin supervisión que existe en la actualidad”.

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Sin duda alguna, los resultados de este importante estudio muestran las evidencias de los efectos nocivos para la salud que puede representar el consumo de edulcorantes artificiales, o los productos endulzados con éstos, de manera que las agencias de salud y los consumidores tomen conciencia de estos resultados y así valúen y regulen el consumo de estos productos, de forma de disfrutar de una vida más saludable, productiva y feliz.

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Referencia: Nature magazine-Artificial sweeteners 10.1038/nature13793